Un pie delante del otro, la mirada al frente, la mente atrás, recordando, trabajando, imaginando, todo lo que no es, todo lo que no pudo ser, todo aquello que no quise y todo aquello que probablemente tendré, aunque sea solo dentro de mi mente un tanto inquieta, un tanto pasiva, un tanto confusa dentro de lo que hay en un día nublado, de esos en los que está demasiado nublado para llover, pero no para que el viento saque a pasear su roñosa cabeza por estas inhóspitas y silenciosas calles, donde todo pasa, donde todo pasa sin que nadie se dé cuenta, donde mil historias se juntan sin tener puta idea, donde pasan aquellos que viajan sin rumbo fijo, aquellos que no dejan más que una invisible huella sobre el concreto helado, sobre los charcos semi congelados que transforman un poco el paisaje, aunque sea sólo en mi mente.
Una figura, una sombra, una silueta, dibujada al frente de mi frente, al lado de nada, sólo abajo del cielo, que a todos nos mira, que a todos observa sin que a nadie le moleste, sin importar que nos moje con sus llantos aunque no sean llantos, sean solo orines, una silueta libre de la lumbre que tuvo en sus
días, libre de la suerte de tener enclaustrada mi alma como alguna vez lo hizo, como lo podría volver a hacer si quisiera, no me mires, no te mirare, intentare pasar a tu lado sin hacerlo, mirando al cielo, mirando al suelo, mirando todo aquello que no me traiga un puñal mas a la cabeza, buscando algo que no destruya lo poco que me queda de inhumanidad, mirando todo objeto opaco, libre de brillo, libre de lumbre, todo con el fin de no convertirme en un animalejo más, perdido, sin pastor, sin rebaño, solo acosado por perros, gatos, culebras y una que otra liebre malintencionada y aparentemente inofensiva que no tiene en que desperdiciar su día.
días, libre de la suerte de tener enclaustrada mi alma como alguna vez lo hizo, como lo podría volver a hacer si quisiera, no me mires, no te mirare, intentare pasar a tu lado sin hacerlo, mirando al cielo, mirando al suelo, mirando todo aquello que no me traiga un puñal mas a la cabeza, buscando algo que no destruya lo poco que me queda de inhumanidad, mirando todo objeto opaco, libre de brillo, libre de lumbre, todo con el fin de no convertirme en un animalejo más, perdido, sin pastor, sin rebaño, solo acosado por perros, gatos, culebras y una que otra liebre malintencionada y aparentemente inofensiva que no tiene en que desperdiciar su día.
No eres ni la sombra de lo que eras, y yo estoy aun peor, entre mis momentos, mis recuerdos, mis espejismos, en una que otra noche de alcohol, en una que otra noche de aquellas al medio de la nada, navegando en medio de la hierba, navegando bajo un millón de luciérnagas sin pilas, de abejas sin bencina, de mosquinos herbívoros y una que otra sonrisa combustible y en ocasiones lasciva , a veces fingida, pero casi siempre sincera, es lo que me queda, es lo que necesito, es lo que por el momento quiero tener.
Un pie delante del otro, al son de las figuras desenfocadas, de las sombras desaparecidas, de siluetas confusas que se achican conforme se acerca el horizonte, no soy ni la sombra de lo que fui, ni una vil silueta de lo que seré algún día, ni la mente más brillante, ni la sonrisa más fingida, ¿Qué es lo que me espera? Parado aquí, caminando aquí, recostado aquí pensando en nada, nada más que en eso que no nos deja vivir, ¿Qué es lo que nos trae aquí? Al medio de la nada, al sur de todo, a la orilla de los bordes, entre el viento y la marea, entre el hielo y la aspereza de una mañana somnolienta, ente la multitud agitada, la multitud apurada, la multitud que es manada, de esas con animales cansados, animales lisiados, animales aislados… Inconscientes de lo que tienen, de lo que se avecina ¿Qué será de mi? Entre toda esta gente, entre toda esta vida, entre todas las sombras caminando errantes bajo la densa niebla matutina…
…Necesito un café y lo único que te pido es que no vuelvas a brillar. ni a cegarme nuevamente.
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